30 Apr
CAPITULO XVIII

Qué curioso es el hombre: nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere.

  • El profesor se puso en contacto con un conocido suyo del barrio de Al-Medina, donde vivía una gran parte de la población emigrante de Almería; decidieron iniciar por ahí. Mientras tanto, Meryem notó que Adrián la observaba de una manera diferente, como si le gustara, pero luego pensó que todo era producto de su imaginación. Más tarde fueron en camino de su primer indicio hacia su padre. Llegaron donde Mohamed, el amigo de Pablo, cuando le mencionaron que andaban buscando a Yunan el tuareg, este se puso muy nervioso y dijo que había escuchado de él, pero no sabía nada, que quizás un tal Jalil supiera de su paradero. Mohamed prefirió mantenerse al margen de la situación y solo les pidió que no comentaran su nombre por ninguna referencia. Una vez salieron del lugar, Pablo le dijo a Meryem que Jalil es un mafioso que se dedica a recoger recién llegados, cobrándoles una cantidad de dinero para ponerlos en contacto con Abdel Azid. Así que fueron en busca de Jalil, el profesor y él ya se conocían, pero cuando le mencionó a Yunan se negó a saber de su paradero, que su trato con él fue desagradable pues no le pagó todo lo que le estaba cobrando, y que el único que ha de saber dónde está es Abdel Azid. Así terminó su día de búsqueda, sin ninguna respuesta en concreta, solo con la preocupación de que, si tenían que recurrir a Abdel Azid para encontrar a Yunan, nada bueno le debió haber pasado. En la búsqueda de Abdel, el profesor no podrá participar, pues tuvo un mal encuentro con esta persona anteriormente y su presencia podría complicar la misión.
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