CAPITULO I

“Si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio, no lo digas.”

Meryem recordaba su pasado constantemente, la mayor parte del tiempo la ponía nostálgica, el pensamiento de su abuelo la hacía llorar. La angustiaba mucho el hecho de que tenía pesadillas, la misma siempre, era de un torbellino que se llevaba volando a sus hijas hacia el desierto.

Meryem nació en el desierto, la vida ahí era muy pacífica y serena, vivía con su abuelo, Nauset o Abu Yunan, su padre, Yunan, su madre y hermana. Meryem y su padre eran imushaq, pero su madre era de origen circaciano así que tuvieron que abandonar la tribu e irse al oasis de Nesft, lugar donde vivía Abu Yunan. Yunan era muy respetado en este lugar por ser un imushaq, trabajaba como pastor y guía turístico para visitantes que querían conocer el desierto. Esta última actividad era muy solicitada en un principio, sin embargo, poco a poco esto fue disminuyendo. Esto se debía a dos razones, los turistas portaban GPS por lo cual no necesitaban contratar un guía; la segunda razón era que hubo una reducción en el número de caravanas pues había mucha emigración. El tío de Meryem, Samir, era el encargado de obtener personas para trasladar a España, prometiéndoles trabajo y una vida mejor del otro lado. Intentó convencer al padre de Meryem para aventurarse al “nevo mundo”, sin embargo, él se negó rotundamente pues no estaba acostumbrado a servirle a nadie y no estaba dispuesto a cambiar su manera de vivir. El mismo día del cumpleaños de Meyem, fallece Abu Yunan, ocasionándole un inmenso dolor a la niña, el lado positivo fue que esto llegó a acercarla más a su padre.

Yunan es descrito como alguien muy atento y con gran hospitalidad, es muy cercano a sus hijas, cosa que no es común en un hombre árabe, él sigue sus propias reglas. Debido a su naturaleza defensora de los débiles, es querido y respetado por casi todos.

Yunan y Meryem emprendieron un viaje a Tombuctú, aquí se reunieron con uno de sus clientes de lana, este se llamaba Miguan. Miguan les dijo que no haría más pedidos hasta nuevo aviso pues no pasaban más caravanas ni compradores, esto colocó a Yunan en una situación crítica, fue la cumbre que lo hizo tomar la decisión de irse a España en busca de una mejor oportunidad de vida para sus hijas.