CAPITULO XVI

La crueldad es la fuerza de los cobardes.

• Una vez en el autobús, Meryem se puso a pensar de todo lo que había recorrido hasta ahora y lo mucho que había conocido, que antes ni se imaginaba. Por la ventana iba viendo las maravillas del mundo, el océano y las grandes ciudades, al mismo tiempo, iba pensando en que pasaría si no encontraba a su padre, tendría que volver con su tío Samir, pero preferiría esto a volver al desierto. En el bus conoció a Pablo, un señor muy estudiado sobre la cultura árabe, incluyendo la de los tuaregs. Él se portó muy amable con Meryem y se encontraba interesado en los orígenes de la joven, ella le contó su historia y él quedó tan conmovido que decidió ayudarla. Al inicio ella desconfiaba de su bondad, pero luego se puso a pensar que no habría llegado hasta donde está de no ser por las personas de buen corazón que se ha encontrado en el camino. Pablo le propuso que una vez llegaran irían a las comunidades de musulmanes a preguntar por Yunan, quien al ser un tuareg es distintito, pero mientras lo encontraban Meryem se podía quedar a vivir en la casa de él. Pablo vivía solo con su hijo de dieciocho años a quien adoraba mucho, su esposa falleció; en este punto, Meryem hizo un flash forward, revelando que el hijo de Pablo sería su esposo. Finalmente, el bus llegó a la estación.