Quien se empeñe en pegarle una pedrada a la luna, no lo conseguirá, pero terminará sabiendo manejar la honda.
- Meryem se volvió ayudante de Aruma, llegó a hacerse amiga de ella pues la ayudaba a conocer el lugar, la aconsejaba y acompañaba en los momentos difíciles. En el palacio había tres chicas más, pero solo las cocineras contaban con permiso de salida para ir al mercado. Para ahorrarse algunos francos, Aruma iba a comprar a un mercado ilegal a las afueras de Kidal donde todo era más barato, claro siempre en buenas condiciones. El gobernados llegaba todas las mañanas a la cocina a comer un bocadillo, se ponía a platicar con Meryem sobre su infancia con su madre y como respetaba a su padre, luego se despedía de ella con un beso paternal. Un día, la mujer del gobernador vio este gesto, lo cual le desagradó mucho y se vengó de Meryem mandándola a limpiar las letrinas de los soldados, fue una de las peores experiencias de la joven. Y se tornó aun peor, cuando la llamaron inmediatamente a una sala de estar donde estaba Aruma con la señora, quien les estuvo reclamando por haberles robado el dinero del mercado, amenazándolas con denunciarlas contra la ley por robo y que les cortasen las manos. Por suerte, Pelino apareció en ese momento y defendió a las criadas, desde ese momento no volvieron a ver a la señora del gobernador en el palacio. Después de esto, Meryem pudo vivir y trabajar en paz, al igual que los demás trabajadores que eran víctimas de los abusos de esa vil señora, o al menos por un tiempo.